Por: Dra. María de los Angeles López Ortega
Es para mí un honor dar a conocer la obra de Salvador González, maestro comprometido con la educación y la difusión de la cultura.
Con motivo de su cumpleaños número 70, Salvador publica este libro en el cual comparte su experiencia a lo largo de la vida.
Paisajes, sabores, olores: placeres de la vida plasmados en los poemas, en los que nos permite descubrir a la ciudad de Morelia y gran parte de la costa michoacana.
Recuerdos escolares, anécdotas de la infancia que nos permite conocer al México de los años cuarenta, a través de la mirada de un joven escritor.
A través de la obra de Salvador, el lector es contagiado por la pasión por el arte, principalmente por la lectura; los primeros libros que leyó fueron: Cultura y Espíritu de Santiago Hernández Ruíz, los textos clásicos como el Mio Cid, textos de Cervantes, Tirso de Molina, Rubén Darío y Octavio Paz. Las mil y una noches, las rimas de Gustavo Adolfo Becker.
Los primeros versos escritos por Salvador González datan del 8 de marzo de 1959; el romance es una característica en sus obras.
También gran parte de su obra tiene la influencia de su experiencia dentro del mundo de la docencia.
Salvador comparte las obras con las que concursó y con las que obtuvo reconocimientos. Debido a su destacado empeño pudo obtener becas, que le permitieron prepararse y más tarde compartir sus conocimientos con cientos de estudiantes.
Las obras de Salvador delatan su interés por describir al romance y la historia. Se nota el agradecimiento que el autor tiene por la tierra michoacana que le permitió desarrollarse profesionalmente y mostrar su sensibilidad, talento e inteligencia.
Hay varios cuentos que Salvador comparte en este libro, sin embargo, sólo se hablará de algunos. Se puede apreciar que Reivindicación se centra sobre la sexualidad, las tentaciones y la culpa. En Bajo la Parota se nota la influencia del tiempo en que Salvador trabajó como docente en la costa michoacana. En Morir por la causa, el autor se centra en las luchas sociales, la inseguridad, la violencia, que no son tan distintas de las que se viven ahora, aunque también se ve la influencia de la estancia de Salvador en Francia y de nuevo se resalta su amor por la literatura, ya que cita a Víctor Hugo. En Noche de Títeres se resalta la música como testigo de una trama que se desarrolla en 6 breves páginas.
Tiempo de siembra, la obra con la que cierra el libro, es interesante porque se desarrolla en la costa michoacana, se aprecia desde la visión de un profesor, de los estudiantes, de los problemas propios de la convivencia, se reflexiona sobre la importancia de proteger a las tortugas, quienes son blanco de depredadores y de la ambición e inconsciencia de muchos seres humanos.
La vida frente al mar puede ser muy emocionante, se viven muchas aventuras, pero también tiene sus retos y el autor plasma muchos dilemas éticos, la conciencia ecológica y los desafíos que día a día tiene un maestro.
Ojalá que los maestros, los estudiantes, los padres de familia, puedan leer esta obra que ayuda a valorar el trabajo docente, además de que motiva a seguirse preparando e inspira a ser más sensibles con el entorno que nos rodea, a apreciar la belleza y a estimar al estado de Michoacán.